¿Y si no es solo estrés? Aprende a identificar si lo que sientes es ansiedad

Durante mucho tiempo pensé que lo que sentía era “normal”. Que así era yo: intensa, preocupada, algo controladora, de mente rápida y desordenada, y corazón acelerado. Me decía a mí misma: “Solo estoy estresada… se me va a pasar”.

Pero no se pasaba. No importaba si descansaba, si todo iba bien o si tenía un día tranquilo. Mi mente no se detenía, hubo un momento donde genuinamente me asusté porque pensé que jamás iba a poder controlar esto horrible que me pasaba. Mi cuerpo estaba en tensión constante. Dormía mal. Me dolía la espalda, el estómago, la mandíbula, la cabeza. Y por dentro, sentía como si estuviera viviendo en modo alerta… todo, todo el tiempo.

Y fue entonces cuando empecé a hacerme una pregunta clave:

¿Será que esto no es solo estrés? ¿Será que lo que tengo se llama ansiedad?

 
Pensé que solo era estrés... hasta que mi cuerpo y mi mente me pidieron ayuda de verdad.
— Cristina, Fundadora de CoHeal
 

¿Por qué es tan difícil identificar la ansiedad?

Porque muchas veces la ansiedad no se ve como pensamos.

No siempre es un ataque de pánico dramático o una crisis evidente.

A veces, la ansiedad se disfraza de:

  • Dolores físicos sin explicación médica clara

  • Cansancio mental constante

  • Dificultad para concentrarse o mala memoria

  • Pensamientos repetitivos o catastróficos

  • Necesidad de tener todo bajo control

  • Sensación de que algo “va a salir mal” sin saber qué

  • Irritabilidad, insomnio, presión en el pecho

Y como seguimos funcionando —trabajamos, cuidamos, sonreímos— nadie (ni nosotras mismas) se da cuenta de que estamos luchando por dentro.


Ponerle nombre a lo que sentía me cambió la vida

Cuando por fin entendí que lo mío era ansiedad, sentí una mezcla de miedo y alivio.

Miedo porque no sabía cómo lidiar con eso… pero alivio porque por fin tenía una explicación.

Por fin entendía por qué me costaba tanto sentirme en paz.

Ponerle nombre a lo que me pasaba fue el primer paso para:

  • Pedir ayuda adecuada

  • Salir del ciclo de culpa y autoexigencia

  • Entender cómo funciona mi mente

  • Construir herramientas para calmar mi cuerpo

  • Hablar con más compasión hacia mí misma

  • Revisar mis relaciones personales

  • Trabajar en mi amor propio y sentido de valor y merecimiento.


La ansiedad no es debilidad. Es un sistema activado tratando de protegerte.

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo a lo que percibe como amenaza.

El problema es que a veces tu mente interpreta peligro donde ya no lo hay.

Y cuando no sabemos que eso es ansiedad, lo que sentimos es:

  • Culpa por no poder relajarnos

  • Vergüenza por no estar “agradecidas”

  • Frustración por sentir que fallamos

  • Soledad porque nadie más parece entenderlo

Por eso es tan importante reconocerla. Porque solo podemos sanar lo que entendemos.


¿Y ahora qué?

Si esto que lees te suena familiar, si hay una vocecita en ti que dice “esto me pasa a mí”, te abrazo.

No estás sola.

Y no tienes que resolverlo todo hoy.

En Coheal creamos este espacio para acompañarte en ese camino. Para que no solo “funciones”, sino que vivas con más calma, claridad y libertad interna.

¿Lista para empezar a manejar tu ansiedad de raíz?

Descubre nuestro curso “Que la ansiedad no te controle”: un método paso a paso para entender tus pensamientos, calmar tu cuerpo y volver a sentirte en ti.

Siguiente
Siguiente

Pequeños hábitos diarios que me han ayudado a vivir con menos ansiedad